Si actualmente tu automóvil te da muchas preocupaciones, es momento de comprar un carro nuevo. La decisión no es sencilla, pero te diremos en qué basarte para hacerlo. Aunque sientas que estás postergando un gasto importante, en realidad estarás empleando sabiamente un dinero que pierdes de a poco. Limitaciones al viajar, revisiones y reparaciones pueden afectar tu bolsillo más de lo que piensas. Veamos:
Las visitas al taller son cada vez más frecuentes
Una vez que empiezas a llevar el auto al taller más de lo habitual debes evaluar el impacto que eso tiene en tu presupuesto personal o familiar. Todo vehículo requiere cambios de aceite y mantenimiento, pero al ser frecuente vas a necesitar reemplazar componentes.
En promedio, a los 200.000 kilómetros, los automóviles comienzan a demandar bombas de agua nuevas u otros cambios; las reparaciones serán más continuas y costosas.
Evita estos gastos que se convierten en “pañitos de agua tibia” y paga la cuota inicial de un auto nuevo. Cuando el vehículo tiene muchos años, lo mejor es sustituirlo por uno de tecnología reciente. De lo contrario gastarás más en reparaciones que podrían superar el valor actual de tu vehículo en el mercado.
Tus necesidades cambiaron
Al momento de comprar el vehículo tenías un estilo de vida y necesidades particulares que posiblemente ya no son las actuales. Formaste una familia o quizás cambiaste de residencia a un lugar más retirado de tu centro de acción.
Estas variantes, entre otras, hacen que las características y prestaciones del vehículo ya no sean las ideales. Por ejemplo, ahora tienes pareja e hijos. Ese modelo dos puertas ya se hace insuficiente ¿cierto? Piensa si te queda mejor un sedán o un SUV.
Buscas un auto con mayor seguridad
Este factor obviamente no solo cuenta para las familias. Puede que el auto sea para tu uso casi exclusivo, pero es de esos que apenas cuentan con cinturones.
Entonces, es momento de beneficiarte de las innovaciones que los fabricantes han incluido de serie. Las bolsas de aire para el conductor son un ejemplo. Actualmente vienen para el conductor en todos los vehículos. Incluso, algunos modelos incluyen para los pasajeros.
Además, gran variedad de modelos cuentan con sistemas de frenos antibloqueo y control de tracción, entre otros más sofisticados.
La luz del check engine ha estado encendida durante mucho tiempo
Cuando esta luz se enciende es porque la computadora detecta un problema. Generalmente se trata de algo menor; pero sin la oportuna atención no podrás distinguir cuando se trate de un problema grave.
Y ten en cuenta que ahora muchos vehículos con sistemas electrónicos, al superar cierto tiempo en el mercado, dejan de recibir actualizaciones de fábrica en sus programas informáticos que son vitales para su funcionamiento y comienzan a generar errores que comprometen a más y más sistemas con el tiempo.
Uno de ellos, el check engine, el cual puede implicar problemas con el propio motor, sistema de encendido, sistema de lubricación, refrigeración, inyección e incluso, el sistema de escape.
Fugas de aceite y agua
Tu carro aún no te deja varado, pero notas fluidos en el piso del estacionamiento bajo el auto. Esa señal es más que premonitoria. Las fugas no son en sí el final de la vida útil de tu auto, pero es algo que debes atender antes de que se dañen piezas importantes.
Problemas para arrancarlo
Si las fugas de agua o aceite no son tan preocupantes, las fallas en el arranque sí que lo son. Si se han vuelto recurrentes, las reparaciones van a convertirse en un rosario de calamidades.
De hecho, cuando se trata de ruidos (como golpeteos) provenientes del motor, suele indicar un daño mayor; como que los rodamientos de las llantas están desgastados.